Queridos amigos,
me llamo Fausto Caboni y tengo 50 años de edad. Soy de
Cerdeña y al comienzo de este milenio tuve la "idea loca" de embarcarme en el difícil sendero de la agricultura.
Mi granja nació de lejos, cuando mis abuelos y bisabuelos ya poseían estas preciosas tierras. A través de nuestros padres me han entregado la pasión de curarlos y de obtener de ellos aquellos productos genuinos que especialmente
nuestra tierra de Cerdeña sabe ofrecer.
Cultivo cosas sencillas con métodos ecológicos:
cereales, legumbres, forraje, tengo un pequeño huerto de verdura y de fruta, varios tipos de
especias, incluyendo el
azafrán, típico de nuestra zona (en el territorio de mi pueblo, San Gavino Monreale, se produce la mitad del azafrán nacional) y que, considerando su pureza certificada, autenticidad y calidad, representa orgullosamente mi verdadero "buque insignia".
Mis últimas pasiones, y por lo tanto mis últimos cultivos, son el
chile habanero extra picante y el
hongo shiitake, con notables capacidades medicinales.
A veces luchamos contra tiempos malos, como severas sequías o periodos en los que la lluvia es tan pesada que ni siquiera se puede trabajar la tierra. Otras veces luchamos contra la hostilidad de la burocracia, que promete ayuda para la agricultura, pero casi siempre nos da una buena cantidad de ilusiones.
A pesar de todo esto, la pasión es fuerte y, obstinado como un buen Sardo, estoy convencido de que la calidad de mis productos ha que ser reconocida, en un mundo que se está dando cuenta de que comer alimentos sofisticados de cualquier manera va a arruinar nuestra salud y no satisface nuestro paladar.